No hay lugar para dogma o rigidez en mi visión de la Diosa, a quien experimento principalmente como Hécate, pero también como Artemisa, Selene, Perséfone, Medea, Circe, Deméter y otras. La Diosa, como quiera que la llames, trata sobre el despertar de nuestra propia sacralidad. Es recordar quiénes somos y retornar al Divino Femenino que nos habita.
Para mí, el femenino es salvaje. No se trata de una figura en un altar a la que llamo cuando necesito algo. Mi Diosa es salvaje y libre. No importa con qué nombre la conozcas, sigue leyendo...
Ya sea que creas o sientas que la Diosa es una sola, Ánima Mundi, o son varias. La o las Diosas están mucho más allá de nuestra comprensión, pero intentemos abordarlas. He logrado comprenderlas mejor desde mis prácticas: desde rituales hasta alinearme con la energía de la luna. He tenido sueños con ellas y visiones, les he preguntado quiénes son y para qué se me aparecen. A veces son mis propias proyecciones manifestadas en Ellas, mostrándome justo lo que necesito. Otras veces, me muestran cosas que no sabía, y que muchas veces ni siquiera entiendo.
Hécate ofrece sabiduría para todo lo relacionado con la brujería y llama a explorar las profundidades. Perséfone espera en su trono del Inframundo a que le pidamos que nos revele los secretos de los muertos. Deméter acepta gentilmente las ofrendas naturales y nos guía en los ciclos de la vida. Medea compartirá sus secretos de la magia, especialmente del uso de las plantas, la brujería y el trabajo con la luna. Circe guiará nuestras preparaciones de tinturas y tónicos, así como nuestra artesanía salvaje. Artemisa nos trae la magia y el salvajismo de los espíritus animales. Selene es la mismísima luna guiándonos a las profundidades de nuestra psique.
Si sientes que una Diosa se acerca a ti, confía en ti y en ella. Deja que se engañen sobre el amor de una Diosa Madre aquellos que no creen en la magia. Algunos perciben a la Diosa como un espíritu encarnado, otros la percibimos como una comprensión humana de las fuerzas del mundo invisible. No importa cómo sea que se presente en tu vida, ábrele la puerta.
La luna, las serpientes, los perros, las llaves, dagas, ruedas y más son símbolos de Hécate a través de los cuales se comunicará. Trata de dedicar menos tiempo a buscar su atención y, en cambio, presta atención. Ella ya te está enviando señales. Si parece una señal, lo es.
Si te sientes atraído/a a una Diosa, entonces investiga su historia - pero no desestimes tu propia conexión. Puedes pedirle que se presente en tus sueños y meditaciones, escuchar música relacionada a su energía, escribir en tu diario todo lo que vas aprendiendo sobre Ella. También puede servirte hacer collages con su energía, crearle un altar físico y/o etérico, investigar y conectar con sus sellos y sigilos, así como dedicarle ofrendas y rituales.
