Somos llamadas a regresar a la encrucijada donde nos encontramos a orillas de este río. Es el camino el que es un río, y el río el que es un camino. Vemos este camino fluvial con nuestro tercer ojo. Lo sabemos en nuestras almas. Es el serpenteante camino-río que siempre nos lleva de regreso a nuestro hogar espiritual. Nuestras almas anhelan sumergirse profundamente en este río, pero nuestras sombras pueden decirnos que el agua es demasiado profunda. No lo es. La magia y la medicina de la Madre Bruja fluyen a través de nosotras. Somos buenas nadadoras.
Profundicemos juntas en el trabajo diario con nuestra Madre Hécate. En primera instancia, como con cualquier persona, pasar tiempo con Ella es la mejor manera de fortalecer el vínculo y crear una conexión profunda. La meditación, el trance y otras formas de brujería extática son formas de lograr conectar con Ella, aunque existen otras que no requieren de un trabajo tan intenso.
Escucha, presta atención, permanece en presencia. Hécate, lejos de ser una deidad caprichosa, suele elegir a las (sus) brujas. Ella llega a nosotras, no nosotras a Ella. Presta atención a las señales, afila tu intuición, deja de ignorar sus mensajes. Ella puede aparecer a través de sus correspondencias, símbolos o animales de poder, pero se adapta a lo que vos estás lista para recibir, ábrete a las posibilidades y deja que se muestre sin estar juzgando las formas en las que lo hace.
Es natural preocuparse por "hacerlo bien". Hécate es una deidad amorosa, pero también es seria y justa. Al principio, me preocupaba mucho por estar "haciéndolo bien", estarle ofrendando como correspondía, incluso temía que se enojara si lo hacía "mal". Una noche, la madre se me apareció en un sueño increíblemente lúcido y me dijo que no había forma de que lo hiciera mal, que dejara de preocuparme, que si lo hacía con amor, no podría haber error. Apliqué este aprendizaje al resto de mi vida de bruja. Aunque existen algunas prácticas generales, como la meditación y la elaboración de hechizos y rituales, que pueden ayudarnos a aprender a navegar por nuestro río a nuestra manera, en última instancia, es solo tuyo. Hécate, según mi experiencia y la de mis maestras, no requiere prácticas rígidas ni impone dogmas estrictos.
Comienza de a poco y de manera simple. Incluso si solo puedes dedicar 5 minutos al día a tu conexión con Hécate y con tu bruja interna, será suficiente. A veces nos sentimos motivadas a sumergirnos en la profundidad de nuestras prácticas espirituales, pero otras veces la vida en la matrix también requiere de nuestra presencia. Encontrar balances y equilibrios es de gran importancia para no frustrarnos con facilidad y abandonar nuestras prácticas espirituales. La práctica diaria debe ser sostenible.
La sanación es un proceso espiralado y, de todas maneras, no venimos a esta vida a sanar sino a vivir. A veces, cuando recién nos acercamos a las prácticas espirituales, podemos sumergirnos tan profundo en el río que nos cueste volver a la superficie y, entonces, comenzamos a sentirnos sin aire. Si esto ocurre, vuelve a vos recordando que no viniste a esta vida a sanar. La sanación no es la misión o el resultado de la vida, es un proceso que se va dando por tu compromiso con vivir.
Escucha siempre a los demás sin juzgar, pero crea tu propio camino. A menudo me piden consejo sobre lo que significan las señales, y aunque creo que la visión de otros puede contribuir, no creo que pueda reemplazar la propia. Por eso, aunque busques consejo o escuches con atención la experiencia de otras personas, recuerda que la tuya es única. Tómate el tiempo para procesar las señales e investiga sin apresurar sus conclusiones. Hécate y tu brujería no se irán a ninguna parte.
No necesitas nada más que tu presencia para profundizar en tu conexión con Hécate y fortalecer tu brujería, aunque los objetos bellos y poderosos son maravillosos para acompañar.
Encuentra tu magia y permanece en ella: no importa si el mundo te asegura que no existe, que no sos sagrada... sostiene tu magia y deja que Hécate te sostenga. Usa tu poderosa mente y voz para crear hechizos y rituales que te empoderen cada día más. Tu cuerpo es tu recipiente sagrado y la abundancia es el derecho de todas y todos, también de las brujas.
