No creo en "tipos" de tarot. Creo que el tarot en sí es una herramienta de evolución sea cual fuera la forma en la que elegimos etiquetarlo (predictivo, terapéutico, etc.). Incluso creo que etiquetarlo o definirlo es limitarlo.
Sin embargo, cuando comenzamos nuestro recorrido por el tarot, por lo general, sentimos y anticipamos el camino de revelación y despertar que tendremos delante. Pero también nos vamos dando cuenta de que a medida que generamos una conexión más íntima con las cartas, se presentan desafíos e invitaciones profundas. Requiere más que curiosidad o intuición. Incluso requiere más que dedicación, estructura y alineación para permitirle a las verdades más profundas salir a la superficie.
Elegí llamar al tarot que practico, enseño y comparto "tarot arquetípico" porque creo que es la manera más "limpia", pues las cartas hacen referencia a arquetipos - modelo o ejemplo de ideas o conocimiento del cual se derivan otros tantos para modelar los pensamientos y actitudes propias de cada individuo, de cada conjunto, de cada sociedad, incluso de cada sistema -. Así, el T.A. es la ruta para comprender el significado personal más profundo de las cartas.
Leer las cartas de manera arquetípica trata de hacerlo principalmente a través del simbolismo y dejando que el alma se exprese. Significa abrirte a las profundidades de tu propio ser, a lo más profundo de tu individualidad, pero también a la profundidad del colectivo. Trata de abrirte paso en el camino de individuación, para la búsqueda de la totalidad. Para hacer y enseñar tarot arquetípico recurrí a las profundidades de la psicología de Carl Jung - observar a las cartas como un sistema a través del cual podemos encontrar nuestras verdades más profundas: los arquetipos, los complejos y anhelos inconscientes que están en el centro de lo que realmente somos.
El objetivo del tarot arquetípico es buscar quién sos realmente. En lugar de estar constantemente buscando respuestas que guíen tu vida, aquí buscamos revelaciones bio-psico-espirituales que nos empoderen en la toma de nuestras decisiones y nos conviertan en absolutas creadoras y absolutos creadores de nuestra propia realidad.
Para interiorizarnos en el tarot arquetípico será necesario que tengamos en cuenta que la psicología profunda es una forma de análisis psicológico que se enfoca en la relación entre la parte consciente de la psique humana y la inconsciente. Trabaja con símbolos, arte, imaginación y sincronicidad, y relaciona todo.
Algunos términos para tener en cuenta:
-Inconsciente colectivo: Jung escribió: "el inconsciente colectivo contiene toda la herencia espiritual de la evolución de la humanidad, nacida de nuevo en la estructura cerebral de cada individuo." El inconsciente colectivo es la capa de inconsciencia que se encuentra debajo de nuestra experiencia individual y colectiva.
-Arquetipos: Jung expone la teoría de que cada individuo tiene una "imagen primordial": imágenes y símbolos de ideas centrales que existen dentro de nosotros y más allá de nosotros en el inconsciente colectivo. Los arquetipos son energías eternas universales impresas en la psique humana.
-Ego: es nuestra identidad superficial, lo que viene luego del "Yo". El Ego encapsula la mente consciente, los pensamientos, memorias y emociones individuales.
-Individuación: Jung escribió: "la individuación significa convertirse en un ser único y homogéneo... convertirse en uno mismo." Este proceso trata de unir las dualidades de nuestra mente, el inconsciente con el consciente, integrar tu ser al Todo.
-Complejo: Jung identifica un complejo como "partes nuestras que escapan de la consciencia y se "separan" para obstaculizar o ayudar al desempeño consciente." Los complejos son facetas de nuestra personalidad que existen de forma autónoma en las sombras y que necesitan ser integradas. Pueden ser positivas o negativas y suelen originarse en traumas pasados o en experiencias donde nuestra mente consciente-ego se vio abrumada.
-Sombra: es todo lo "desintegrado", todo lo que no está integrado en nuestra consciencia. Lo reprimido que necesita ser integrado (no arreglado) en nuestro camino de individuación.